Marruecos está manteniendo una política de enfrentamiento con Naciones Unidas en el asunto del Sahara. Por una parte rechaza la visita del enviado especial para el Sahara Christopher Ross a las ciudades del Sahara, y por otra parte, insiste que la autonomía es la única solución posible de este conflicto.
El 40 aniversario de la Marcha Verde representó para Marruecos una oportunidad por excelencia para poner en evidencia la marroquinidad del Sahara. En este marco, el Rey Mohamed VI visitó la ciudad saharaui de Al Aaiun el día 6 de noviembre. Se trata del tercer viaje que efectúa a la región desde su llegada al trono en julio de 1999.
Desde la ciudad de Al Aaiún dirigió un discurso a la nación, afirmando que Marruecos solo va a ofrecer la autonomía como solución, rechazando las otras soluciones como la Confederación o el referéndum de autodeterminación.
Esta postura se inscribe en la misma línea de su discurso ante la Asamblea General de la ONU a finales de septiembre pasado al decir que Marruecos rechaza las iniciativas ambiguas que se prepararan en los despachos y que no tienen relación con la realidad del Sahara. Hacía alusión a las nuevas propuestas elaboradas por altos funcionarios de la ONU para poner fin al conflicto. La ONU por el momento no ha desvelado estas propuestas.
Manteniendo la misma postura, el ministro de Exteriores, Salahedín Mezuar declaró a EFE la semana pasada que el Gobierno de Marruecos no permitirá en el futuro que el enviado especial de la ONU para el Sáhara, Christopher Ross , visite el Sahara.
“Cuando Ross viene a Marruecos, viene para reunirse con los responsables marroquíes, y los encuentra en la capital, que es Rabat, y ahí termina el asunto. Así es y así será”, remachó Mezuar, dejando claro que Ross ya no regresará al Sahara.
Sin embargo, la réplica de la ONU no tardó en producirse, el lunes pasado, el portavoz de la ONU dijo que “Christopher Ross tiene derecho de visitar el Sahara y se mueve según las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que contemplan la búsqueda de una solución al conflicto.
Desde hace más de tres años, la relación entre la ONU y Marruecos está muy tensa. Rabat vetó en el 2012 al enviado Ross acusándole de no ser imparcial y de inclinarse a favor del Frente Polisario y Argelia.
La próxima semana, Ross debe entregar al Consejo de Seguridad un informe sobre los resultados de las giras que efectuó desde abril del año pasado.