El escándalo bautizado SwissLeaks sobre las cuentas secretas de cerca de 130 mil personas y empresas de HCBC Private Bank, filial suizo del banco británico HSBC, destapado por Hervé Falaciani ya se ha convertido en un punto de inflexión en la historia del periodismo mundial. Gracias a los esfuerzos de 154 periodistas que pertenecen a 60 medios de 47 países que se agrupan en El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ICIJ, el mundo pudo saber la dimensión monumental de esta estafa. Este esfuerzo del ICIJ representa un sólido preludio de un “despegue” de un movimiento periodístico mundial a favor de los derechos de los pueblos que fueron usurpados por el matrimonio ilícito entre la política y el dinero y cuyo aspecto más visible son las multinacionales por una parte y la pobreza globalizada por otra parte.
Es cierto, el periodista, y por naturaleza es egoísta, persigue la exclusiva, porque la información determinante o la exclusiva es la mejor medalla en su curriculum o podemos compararlo con marcar un gol en la final de una competición.
El individualismo periodístico prevaleció en el periodismo de investigación. Quizás, esta forma de trabajo explica a la perfección porque el periodismo mundial se quedó cortó y no pudo desempeñar su papel como “Guardián Moral” del procesos del desarrollo de un mundo globalizado donde la palabra determinante es la de las multinacionales y los intereses geopolíticos a cuesta de los derechos humanos básicos.
Sin embargo, en un mundo cada vez más complejo y con el desarrollo maravilloso de las tecnologías de la comunicación gracias a Internet, los periodistas tuvieron que dar un salto cualitativo en la coordinación y la cooperación contra la injusticia que puebla nuestro mundo. El inicio ha sido la coordinación entre cinco grandes periódicos que son: New York Times, Le Monde, The Guardian, El País y Dee Spiegel para publicar los cables secretos de la administración estadounidense filtrados por de WikiLeaks en 2010.
Hubo otra oportunidad pero perdida, es el “Caso Snowden”. Desgraciadamente, el periódico británico The Guardian no asoció a la prensa internacional en la publicación de las filtraciones del ex agente de la NSA, Edward Snowden a pesar de que las escuchas incumben al mundo entero. Hubiera sido una magnífica oportunidad para desarrollar aún más la cooperación entre los periodistas del mundo.
Pero las oportunidades no faltan, los 154 periodistas de 60 medios que pertenecen a 47 países, que trabajan sobre el escándalo de HCBC Private Bank es un punto de inflexión con mayúsculas en cuanto a aunar esfuerzos contra los males de la globalización. Bajo el liderazgo del prestigioso periódico francés Le Monde y la participación de otros medios como el británico The Gardian, el suizo Le Temps hasta sesenta medios con diferentes lenguas, empezaron a partir del 10 de febrero de 2015 a las 22:00 horas a desvelar los secretos de las cuentas del HSBC Private Bank . Informar a la opinión pública mundial de la monumental estafa cometida por un banco que ayudó a una clientela aún más corrupta desde reyes, ministros, famosos actores y deportistas entre otros a escapar del fisco. Todo un crimen organizado descubierto por el ingeniero informático Hervé Falaciani.
Le Monde y The Gaurdian están entre los pocos medios de comunicación clásicos que se implicaron en esta aventura, otros que participaron en WikiLeaks se abstuvieron por temor a que salga en las cuentas algún accionista. Eso sí, la mayoría del resto de los medios son periódicos digitales que encarnan el nuevo concepto del periodismo cercano a las reivindicaciones de los pueblos.
La cooperación periodística establecida en el caso de SwissLeaks es un reflejo fiel ya de la cooperación iniciada a nivel internacional hace más de dos décadas por las asociaciones de derechos humanos. Estos últimos se han convertido en un actor determinante en cuanto a la toma de muchas decisiones que conciernen los derechos humanos a nivel mundial.
Y como la corrupción es un asunto global en este mundo, que cada vez es más complejo, pues este mundo requiere un nuevo periodismo en el sentido de “Guardián Moral” que se sostiene sobre la coordinación internacional, regional y también nacional entre los periodistas para erradicar las semillas del mal generado por el matrimonio ilícito entre el dinero y la política y que ha alcanzado nada más y nada menos que el grado de crimen organizado no declarado.
Por fin, con su excelente trabajo, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación ICIJ ha marcado una huella profunda en el libro de honor de la “Historia del Periodismo”. Semejantes esfuerzos como este devolverán al periodismo su noble misión de “Guardián Moral” de los derechos de la sociedad contra todo tipo de violaciones.