Alifpost-Traducción: Ibrahim Elyaichi
La vecindad cautelosa es el título del libro del periodista marroquí Nabil Driouch quea borda las relaciones hispano-marroquíes. El título refleja la realidad histórica y política de las relaciones entre los dos países que comparten el estrecho de Gibraltar; sin embargo, el acercamiento geográfico no contribuye en el acercamiento bilateral, sino más bien consolida la cautela entre ambos países a causa de problemas del pasado que persisten en la actualidad. El destacado expertos en las relaciones bilaterales, el exministro de comunicación marroquí Mohamed Larbi Messari señala en el preámbulo de la obra la importancia de este libro.
El libro que fue publicado a principios de este año por la editorial marroquí Hermanos Slaiki, consta de varias partes y apartados diferentes que cubren las relaciones bilaterales desde el 2000 hasta la actualidad. El libro determina el periodo cronológico con el subtítulo De la muerte de Hasan segundo a la abdicación del rey Juan Carlos, esto significa que trata las relaciones bajo la alternancia de tres presidentes al palacio de la Moncloa José María Aznar, del PP, José Luis Rodríguez Zapatero del PSOE y el actual presidente Mariano Rajoy del PP.
En el capítulo “Fin de una etapa”, el autor intenta dibujar una imagen del contenido principal del libro, puesto que empieza con la muerte del rey Hassan Segundo en julio de 1999, este último dio a las relaciones bilaterales entre España y marruecos un carácter especial desde inicios de los años sesenta por ser coetáneo de un régimen dictatorial liderado por el general Francisco Franco hasta el año 1975 y coetáneo de la transición democrática liderada por el joven monarca, en su momento, Juan Carlos que abdicó el año pasado.
Nabil Driouch presenta en su obra la receta idónea para comprender por qué Marruecos en tiempos de Hasan segundo no dio gran importancia a España y dice al respecto “la formación francófona del rey Hassan segundo le hizo ver a España siempre como si fuera un país del tercer mundo y todo lo que le relaciona con Europa es la mera geografía y su mirada siempre estaba dirigida hacia Paris”.
El escritor cuenta en las páginas de su libro que el entendimiento y la cordialidad entre Hasan segundo y Juan Carlos y también con el veterano líder socialista Felipe González no impidió el surgimiento de conflictos de vez en cuando entre ambos países acerca de temas sensibles como como la soberanía sobre Ceuta y Melilla, la posición ambigua de España en el conflicto del Sahara y últimamente casos sociales y económicos como la inmigración y la pesca.
Tras exponer estos datos del último año del pasado siglo, en la parte titulada Un nuevo rey en Marruecos y cuentas antiguas en España trata el cambio que vivió Marruecos con la llegada al poder del rey Mohamed sexto, ya que las relaciones cambiaron y surgieron circunstancias internaciones nuevas, pero los casos pendientes urgían un tratamiento por parte de los dos países y causarán más tarde crisis sofocantes entre ambos países.
El escritor destaca el conocimiento del rey Mohamed sexto del español al contrario de su difunto padre el rey Hasan segundo. Asimismo subraya que el actual monarca alauí fue testigo, de joven, de acontecimientos que conoció España para la transición hacia la democracia. Estos datos reflejan la sólida comprensión, pero lo que ocurrirá va a ser todo lo contrario a causa de cuentas antiguas representadas por la presencia de conflictos sin solución. El escritor expone el conjunto de conflictos que ocurrieron, entre los más relevantes el conflicto sobre el islote del Perejil que iba a causar una guerra abierta entre ambos países en julio de 2002. Se puede sacar una conclusión importante del libro que consiste en que aunque no haya conflictos salen a la luz incidentes que llevan a los dos países a una especie de tensión como la que se produjo en el caso de la activista saharaui Aminatu Haidar en el año 2009 cuando Marruecos le expulsó de su territorio nacional y por lo tanto ella hizo una sentada en la Islas Canarias; por eso la tensión predominó entre Rabat y Madrid y el caso requería una intervención por parte de París y Washington para colaborar en la búsqueda de una solución.
El libro presenta un proceso cronológico de las relaciones bilaterales durante la época antes mencionada, y que están sometidas a cambios y tratamiento que imponen los temas de la agenda bilateral en relación con el cambio del partido gobernante en Madrid; porque los temas importantes en la orilla sur están en manos del rey de Marruecos más que en manos del gobierno. Este cambio, el lector nota con él un cambio que sucede en la forma política que toman temas comunes como la pesca, la migración entre las cuestiones socioeconómicas. Aunque el libro pone de manifiesto un ámbito importante en el tema territorial que predomina a estas relaciones y se trata obviamente del conflicto del Sahara y el caso de las ciudades de Ceuta y Melilla ocupadas por España según Marruecos.
Para salir del marco de las relaciones bilaterales, el libro trata el papel de Francia en influir en las relaciones bilaterales entre Rabat y Madrid, sobre todo, con los presidentes de derecha como es el caso de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy. Asimismo, trata como colabora la Unión Europea en poner un marco a estas relaciones; puesto que, entre los temas tratados se encuentran el de la pesca y la migración que van más allá de Madrid y Rabat, por ende la Comisión Europea negocia directamente con Rabat.
La postura de España respecto al conflicto del Sahara es uno de los temas importantes en el libro, ya que intenta observar todas las novedades en esta postura de la comprensión por parte da la izquierda social, especialmente en la era de José Luis Rodríguez Zapatero entre 2004 y 2011, luego lo que se asemeja a la inflexibilidad por parte de la derecha, tanto en tiempos de José María Aznar, quien adoptaba resoluciones en la ONU literalmente, como también en tiempos del gobierno actual presidido por Mariano Rajoy.
Sobre la postura del actual gobierno, el escritor arroja luz sobre la postura muy prudente del gobierno español, por una parte señala que la continuidad del apoyo de España a la autodeterminación en el caso del Sahara, y por otra parte no quiere aparecer como un enemigo a Marruecos. En las páginas 136 y 137 menciona que Madrid tranquiliza a Marruecos de que no va a pronunciar ninguna postura no cordial de su parte contra los intereses de Rabat en el conflicto del Sahara, pero al mismo tiempo no llega a apoyar la propuesta de la autonomía que presentó Marruecos como una solución al conflicto en esta región en el que el Frente Polisario apoyado por Argelia le hace frente.
La postura del gobierno del PP acerca del Sahara que consiste en tranquilizar a Marruecos sin apoyar la autonomía viene de la cautela de Madrid para mantener un equilibrio en las relaciones con Marruecos y Argelia que respalda el Frente Polisario, Madrid quiere equilibrar su política con los dos países y no jugar sobre sus desacuerdos como hacía en el pasado.
El tema de Ceuta y Melilla está presente continuamente en el libro por su carácter central en las relaciones bilaterales históricamente, y además de las posturas clásicas conocidas, el libro presenta en una parte titulada El problema de Ceuta y Melilla: horizonte de una solución, las reflexiones de responsables marroquíes, entre los cuales; el ex ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Mohamed Ben Issa, el exprimer ministro Dris Jetu, el exministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Saad Eddin El otomani y también el exministro de Comunicación Mohamed Larbi Messari, todos ellos comparten la opinión de que es imposible que España continúe en las dos ciudades, pero se oponen proporcionalmente en la formulación de una solución y de la duración que puede llevar. El Otmani reconoce el error de Marruecos al no esclarecer este tema después de la independencia del país en el año 1956.
El periodista Nabil Daroiuch, resume el contenido y la mirada a las relaciones en la última parte del libro, dado que escribe ” no hay dudas de que Marruecos y España dieron un paso importante en materia de cooperación y en todos los ámbitos, pero a causa de la naturaleza de la vecindad que se parece a convivir en una misma casa, surgen problemas y conflictos de forma periódica hasta que llegan a formar parte de las relaciones; conflictos que cada vez que los intereses se aumentan serán fáciles de controlar. Y por tanto, encontrar temas pendientes como es el caso de Ceuta y Melilla es un factor que puede llevar a la contraposición de los intereses nacionales de ambos países y en algunos momentos hacen que la vecindad, pese al avance, sea predominada por la aprensión y la cautela”